sábado, 21 de mayo de 2011
Una parada en el bosque en una tarde nevada
Una parada en el bosque en una tarde nevada (Robert Frost)
Ayer volví a recordar ese gran poema de Robert Frost que parece hablar proféticamente de nuestra vida apresurada que no nos permite detenernos a ver realmente, a escuchar de verdad lo que hay a nuestro alrededor:
Whose woods these are I think I know.
His house is in the village though;
He will not see me stopping here
To watch his woods fill up with snow.
My little horse must think it queer
To stop without a farmhouse near
Between the woods and frozen lake
The darkest evening of the year.
He gives his harness bells a shake
To ask if there is some mistake.
The only other sound's the sweep
Of easy wind and downy flake.
The woods are lovely, dark and deep.
But I have promises to keep,
And miles to go before I sleep,
And miles to go before I sleep.
Creo saber de quién es este bosque
el dueño vive en el pueblo, sin embargo;
nunca sabrá que me detuve aquí,
a mirar su bosque lleno de nieve.
Mi pequeño caballo debe creer que es raro
parar sin que haya una granja cerca,
entre el bosque y el lago helado,
la noche más oscura del año;
hace sonar el arnés al sacudirse
para preguntar si hubo algún error.
El otro único sonido que hay es el barrer
del viento suave y los copos como plumas.
El bosque es encantador, oscuro y profundo,
pero yo tengo promesas que cumplir,
y kilómetros por recorrer antes de dormir,
y kilómetros por recorrer antes de dormir.
ROBERT FROST
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