sábado, 21 de mayo de 2011
Dictado por los Antiguos Sabios
Un lenguaje puede ser un maleficio. El encantamiento, un recurso válido para acceder a la suprema armonía. Como el frío de la rana colma el ardor de la fiebre. Un lenguaje poético vencedor de la humanidad arcaica porque acepta lo nuevo y lo irreversible. El poeta es un instrumento-estructurador:
el miserable intermediario entre el orden supremo y el caos circundante. Su ritual es infinito, incoherente, disperso, ambiguo, cruel, primitivo. Una fe superior le guía, le concede abolir el espacio real. Su meta es cosmogónica, su origen caótico. Al construir remeda el génesis inicial. Retoma una mitología abismal. Poesía es prohibición. Voluntad antihistórica atemporal. Poesía es Revelación.
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