su huella,su quizás,su profecía.
Nombrar es perpetuar lo que antes hubo,
dar horas de agua al cauce que nos nutre.
Inmortal,la palabra proferida
regresa en cada idea que asumimos:
seremos mientras alguien nos contenga
en su larga mirada hacia la noche,
o en el gesto de atarse los zapatos
recordándolo luego.Todos somos
la palabra entrega en un poema,
el vaso regalado,el primer signo
que alguien recoge de la nada y fija
como un fruto que crece y se reparte,
algo que a todos da lo que es de todos.
En ese soplo habita nuestra historia.
En ese soplo está cuanto seremos.
Federico Gallego Ripoll
No hay comentarios:
Publicar un comentario