Caminamos por las ramblas de Barcelona,frescos túneles del verano,y nos acercamos a un quiosco de venta de pájaros.Hay jaulas de muchos y jaulas de a uno.Adoum me explica que a las jaulas de a uno les ponen un espejito,para que los pájaros no sepan que están solos.
Después,en el almuerzo,Guayasamín cuenta cosas de Nueva York.Dice que allá ha visto hombres bebiendo solos en los mostradores.Que tras la hilera de botellas hay un espejo y que a veces,bien entrada la noche,los hombres arrojan el vaso y el espejo vuela en pedazos.
Eduardo Galeano
No hay comentarios:
Publicar un comentario